Vinificación

Una vez en bodega, la filosofía no es muy dispar de aquella que viene aplicada al viñedo: muy poca manipulación, no invasiva y siempre con miras a la exaltación máxima de todo aquello que el terreno ha tenido la generosidad de regalarnos. Por ello, la uva llega a la bodega después de su recolección a mano; iniciando así su proceso de vinificación con el desgranado. Esta operación, destinada a los mejores lotes de vino de “Le Nuvole”, también se efectúa a mano; con el fin de seleccionar única y exclusivamente aquellas uvas cuyo estado sea impecable. Las uvas, después de un suave pisado, se dejan fermentar en tinas de acero y/o madera, dónde todos los días se llevan a cabo cuidadosas operaciones de remontado y/o maceración en función de los lotes y de las características de las pieles aportadas por la cosecha. Después de la fase de maceración, cuyo objetivo es la extracción de los componentes más nobles, los vinos son transferidos a fin de efectuar la fermentación maloláctica espontánea; al término de la cual los vinos pueden, finalmente, iniciar su largo reposo en barricas de leña de diversas procedencias. Botas, barricas y tonneaux de diversos orígenes y edades, acunan nuestros vinos por un tiempo que va desde un mínimo de 12 meses hasta un máximo de 30 para aquellos lotes más exclusivos.